El mundo del marketing online está lleno de palabros y anglicismos que normalmente suenan a chino en oídos de alguien que no pertenece al sector. En ocasiones, surgen nuevos términos que, incluso a las personas que se creían que estaban “in”, les plantea interrogantes.
Últimamente, nuestro LinkedIn se ha llenado de contactos con unas siglas que nos crean dudas del tipo “y ahora, Pepe, ¿a qué se dedica? ¿No hacía webs?”. Ahora Pepe es “UX Specialist Designer” y resulta que haces scroll y tu compañera Pepa del colegio es “UI Developer”. ¿Pero no es lo mismo? ¿Es un término nuevo?
Ni es lo mismo ni es nuevo, usan terminología renovada para un trabajo que se lleva haciendo en el mundo del diseño en general desde hace muchísimo tiempo. ¿De qué estamos hablando entonces? Empecemos con las definiciones.
UX o Experiencia de Usuario (User Experience). Es el proceso que se encarga de estudiar y mejorar la usabilidad del diseño para que el usuario encuentre la forma más intuitiva de manejarlo en un espacio de tiempo más corto. Esto ayuda a que su satisfacción final con el producto sea mayor y le lleve a querer seguir experimentando con él durante más tiempo.
No afecta solamente a productos digitales: cualquier producto que tienes que montar de IKEA está pensado para que lo hagas de la forma más rápida y sencilla. Por lo que deberás preguntarte si al intentar montar el sillón Fåtölj la culpa fue del encargado de UX o tuya.
UI o Interfaz de Usuario (User Interface). Si nos ajustamos a la explicación técnica, se trata del espacio dónde se produce la interacción entre los humanos (usuarios) y las máquinas. Para ello se necesita disponer de componentes físicos (hardware) y lógicos (software).
Nos lo encontramos en multitud de elementos que ves cada día: lo que hace que uses tu sistema operativo en tu PC, el navegador en el que has podido acceder a este blog, la web donde está publicado este artículo, la pantalla de tu móvil en el que acabas de mandar un mensaje (incluso la pantalla de tu antiguo Nokia 3310), el mando de la tele con el que acabas de hacer zapping… Y, así, podríamos seguir hasta el infinito.
El diseño de interfaz de usuario es el que se encarga de optimizar la parte visual que sirve para hacer funcionar el producto, de modo que sea atractivo para el usuario y fácil de usar.
Visto lo visto, los empleos de tus colegas Pepe y Pepa son parecidos; tienen puntos en común, aunque también diferencias. Algo sacamos en claro con seguridad: ambos se necesitan.
Un buen diseño de UI puede funcionar, puede ser bonito y agradable de observar. Sin embargo, si no tiene en cuenta la forma de interactuar de los usuarios, si no se hace un análisis de sus necesidades o, en definitiva, si no hacemos caso al experto en UX, el usuario se cansará de mirar, se aburrirá de fallar y terminará abandonando el producto.
En sentido inverso, un producto fácil de usar en el que se haya prescindido del diseño, o con aspecto poco cuidado o insustancial, provocará sobre el receptor la sensación inversa: la primera impresión será negativa. A partir de ahí, el proceso se le hará cansino y monótono, y solo una necesidad muy imperativa del uso de dicho producto hará que no lo abandone y se vaya a por otro con mejor pinta.
¿Y en qué puede ayudar esto a mi empresa? Piensa en la página web de tu compañía. Te la hizo tu primo, el informático de la familia, pero no has realizado todavía ninguna venta por ahí y eso que tienes el mejor producto del sector y a precios económicos. En Google Analytics te indican que entra mucha gente porque la tienes muy bien posicionada… pero nada, ni un euro.
Un experto en UX estudiará cuál es el perfil de tus posibles compradores, qué es lo que buscan para decidir la compra y, a partir de ello, cuáles son sus comportamientos para informarse de las características del artículo y decidirse a comprar. En ese momento, reordenará la estructura de la web y dispondrá los elementos de tal forma que, cuando estén navegando en ella, salten a la vista las opciones que estaban buscando. Si, además, es desarrollador de interfaces de usuario, sabrá cuál es la manera más adecuada de mostrarlas, dándole forma a la estructura con imágenes, botones, colores, destacados, enlaces…
En definitiva, convertirá tu web en una excelente herramienta de marketing y tus ventas se verán incrementadas.
Como has visto, ambos aspectos son esenciales en el entorno digital en la que nos movemos y se complementan entre ellos para que un producto alcance una calidad óptima para sus usuarios. Puede que todavía no te aclares al 100% sobre qué hacen en su día a día Pepa y Pepe… pero quizás tengas más claro que necesitas contratarlos.
Rocío Quirante (Diseñadora web – Vision Click)
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